New video of Chenco: The Sin of Onan
Lectura de: José Díaz- Díaz
Director de
La Caverna, escuela de escritura creativa
Continúa el
ciclo temático de los videos de CHENCO, en esta oportunidad con diecinueve
pinturas del artista cartagenero cuyo asunto gira alrededor de la cita bíblica
contenida en el libro de Génesis 38:4-10.
Es de resaltar la valiosa colaboración del
cineasta colombiano radicado en París José Ignacio Ruiz, quien ha ayudado a
conceptualizar y seleccionar el material para este trabajo, y de Patricia
Franco-Gómez, pintora y esposa de Chenco, quien obsequió su talento en la parte
fotográfica del mismo. De este modo, sale a la luz este retazo audio-visual del
mundo real, imaginativo y onírico hecho figura, color, trazo y línea, del
posmodernista artista colombiano radicado en la Florida.
Con profusa y
reiterada insolencia Chenco nos acorrala en este video dedicado al “Pecado de
Onán” con imágenes perturbadoras que exacerban los tabúes escondidos en lo más
profundo de nuestras conciencias.
Chenco odia
la hipocresía y la desprecia— como bofetada al fin— a la libertad de
pensamiento. Por ello, la ética de su universo pictórico se hace especialmente
incisiva cuando sus pinturas recrean temas de autocensura colectiva, incómodos
de ver, incómodos de explicar, pero que están presentes en el imaginario
universal y en la historia escrita de nuestra cultura judeo-cristiana como lo
es la Biblia. De ahí el título de la colección: El pecado de Onán, apuntalado con las citas bíblicas: Génesis
38:4-10; I Samuel: 20-17; 2 Samuel: 1-26.
Ya sea en
óleo sobre lienzo o sobre madera preparada, el pintor de Cartagena de Indias,
logra hacer aflorar a la superficie de nuestra conciencia un collage de
sensaciones contradictorias que sacuden los basamentos de nuestra moral (¿doble?)
confrontada a imágenes inusuales, (quizás obscenas, quizás ingenuas), que
bailan demoníacas entre surcos de extraños simbolismos, como hijos
bastardos de una estética dadaísta y de un surrealismo daliniano. Y, cual cándido
pintor naif se fusiona con la terneza pictórica de los dibujos de Miró, así nos
conmueve a la misma vez que nos espanta.
Sabemos que la calidad de la obra de un pintor depende de la cantidad de pasado crítico que lleve consigo. Chenco, con su humor negro, satírico, mordaz y ácido, plasma sus imágenes en un caleidoscopio de tonos lilas y rosados, blancos negros y rojos; verdes azules y amarillos, guiñándole el ojo a los grises y cafés; se nos devela como un demiurgo maligno que nos arroja sin compasión al infierno de nuestras contradicciones esenciales; transgrede los interdictos sociales y nos sitúa frente a las transgresiones que parecieran denigrar de la condición humana. Quizás solo sea un “perverso polimorfo”, como dijera Freud de los niños impacientes. No solo Falocentrismo puro y escueto el de Chenco (el símbolo del pene como centro del universo) sino lo que parece sustantivo y substancial a las raíces fundamentales de nuestra cultura: Falogocentrismo entronado como ideología controladora y autoritaria.
Sabemos que la calidad de la obra de un pintor depende de la cantidad de pasado crítico que lleve consigo. Chenco, con su humor negro, satírico, mordaz y ácido, plasma sus imágenes en un caleidoscopio de tonos lilas y rosados, blancos negros y rojos; verdes azules y amarillos, guiñándole el ojo a los grises y cafés; se nos devela como un demiurgo maligno que nos arroja sin compasión al infierno de nuestras contradicciones esenciales; transgrede los interdictos sociales y nos sitúa frente a las transgresiones que parecieran denigrar de la condición humana. Quizás solo sea un “perverso polimorfo”, como dijera Freud de los niños impacientes. No solo Falocentrismo puro y escueto el de Chenco (el símbolo del pene como centro del universo) sino lo que parece sustantivo y substancial a las raíces fundamentales de nuestra cultura: Falogocentrismo entronado como ideología controladora y autoritaria.
En Chenco, el Falogocentrismo
hecho verbo y verdad total es decir, el
símbolo del falo como rey rector de todo conocimiento, lo lleva a deplorar la
tesis obsoleta de usar el sexo solo orientado a la reproducción de la especie,
y se une a la tesis del ejercicio sexual como recreación y placer. Erotismo
alrededor del falo como máximum de la
vida— y tan elevado a la hora del orgasmo— que coquetea con los dinteles de la
muerte. Ese sería el sentido de la petite
morte que dirían los franceses. Claro que, hilando finito, tal
conceptualización de la relación entre géneros femenino y masculino es profunda
y deplorablemente machista y, por supuesto, que merece el repudio de las
feministas y de todo humanista ecuánime y sensato como lo es el mismo Chenco.
Chenco rechaza la homofobia y es permisible con el
erotismo anal; recrea en sus cuadros la bisexualidad como “libertaria”; los
tríos son bienvenidos y aplaudidos en su pinturas (figuras que son engalanadas
con alegres mariposas y florecillas salvajes); se convierte en cronista de la
zoofilia y del bestialismo involucrando a todo el reino animal (racional e
irracional) en el festín de los sentidos. Su universo onírico no tiene límite
en los cuadrantes de su desmesurada libertad pictórica.
Vamos
a ver este video con los ojos desnudos y la conciencia perpleja. Vamos a seguirle
la cuerda a este loco genial que dice lo que no se puede decir y que transforma
su ingenio en arte construyendo Historia
con sus dibujos y pinturas llenos de sátira salvaje y critica socio-cultural y
religiosa.
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New video of Chenco: The Sin of Onan
Reading:
Jose Diaz Diaz
Director
of The Cavern, creative school of writing in Florida, USA.
The
thematic cycle of the videos of Chenco continues and this time with nineteen
paintings of the cartagenean artist whose paintings revolves around the
biblical quote in the book of Genesis 38: 4-10.
It
is noteworthy the valuable collaboration of the Colombian filmmaker based in
Paris José Ignacio Ruiz, who has helped conceptualize and select the material
for this work, and Patricia Franco-Gomez, painter and wife of Chenco, who
gave her talent in the photographic part of it. Thus, it comes out this
audio-visual of the real world, imaginative and dreamlike made shape, color,
and line of postmodernist Colombian artist based in Florida.
With
profuse and repeated insolence Chenco cornered us in this video dedicated to
the "sin of Onan" with disturbing images that exacerbate the hidden
taboos located at the depths of our consciences.
Chenco
hates hypocrisy and despised as a slap at last to freedom of thought.
Therefore, the ethics of his pictorial universe is especially incisive when
his paintings recreate themes of collective censorship, uncomfortable to see,
uncomfortable to explain, but which are present in the universal imaginary
and history written of our Judeo-Christian as the Bible. Hence the title of
the collection: The sin of Onan, underpinned with biblical verses: Genesis
38: 4-10; I Samuel: 20-17; 2 Samuel: 1-26.
Whether
in oil on canvas, or over prepared wood, the painter of Cartagena de Indias,
manages to come to the surface of our consciousness a collage of
contradictory feelings that shake the foundations of our moral (double?)
Confronted with unusual images, (perhaps obscene, perhaps naive), that dance
in a demonic way between rows of strange symbolism, as bastards aesthetics of
a Dadaist aesthetics and a Dali surrealism. And as naive naïf painter merges
with the pictorial tenderness of Miro drawings, and it moves us at the same
time that frightens us.
We
know that the quality of the work of a painter depends on the amount of the
critical past that carry. Chenco, with its black, satirical, caustic and acid
humor, draws his images in a kaleidoscope of lilac and pink tones, white
black and red; blue green and yellow, winking at the gray and brown; he
revealed as an evil demiurge who mercilessly throws us into the hell of our
essential contradictions; transgresses the social injunctions and confronts
us with transgressions that seem to denigrate from the human condition. Maybe
just be a "polymorphous perverse," as Freud said of impatient
children. Not only phallocentrism pure and brief of Chenco (the symbol of the
penis as the center of the universe), but what it seems substantive and
substantial to the fundamental roots of our culture: phallogocentrism
enthroned as controlling and authoritarian ideology.
In
Chenco, Phallogocentrism made verb and complete truth is, the symbol of the
phallus as king rector of all knowledge, leads him to deplore the obsolete
thesis of use sex only oriented to the reproduction of the species, and joins
the thesis of the sexual exercise for recreation and pleasure. Eroticism
around the phallus as a maximum of life-and so high at the time of orgasm
that flirts with the thresholds of death. That would be the sense of petite
morte that the French would say. Of course, spinning finite, such
conceptualization of the relationship between female and male gender is deep
and woefully macho and, of course, that deserves the condemnation of the
feminist and all fair humanist and sensible as it is the same Chenco.
Chenco
rejects homophobia and is permissible with anal eroticism; recreates in his
paintings bisexuality as "libertarian"; Triplets are welcomed and
applauded in his paintings (paintings that are festooned with bright
butterflies and wild flowers); he becomes chronicler of zoophilia and
bestiality involving the whole animal kingdom (rational and irrational) in
the feast of the senses. His dreamlike world has no limit on the quadrants of
his excessive pictorial freedom.
Let's
watch the video with naked eyes and bewildered consciousness. We will follow
the rope to this great fool who says what he can not say and which transforms
his ingenuity in art by constructing art history with his drawings and paintings
full of savage satire and socio-cultural critical and religious.
www.artbychenco.com
www.arandosobreelagua.com
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