TODO LO QUE DEBE SABER UN ESCRITOR
PRINCIPIANTE
(Manual para escritores amateurs)
Autor:
José Díaz-Díaz
La
intención de este Manual es la de presentar de manera razonada, fácil y amena una
síntesis de los elementos que
intervienen en la composición de un trabajo creativo que en este caso llamaremos:
“El libro”. El objetivo es el de ofrecer una ayuda teórico-práctica que sirva para
optimizar la calidad de manuscritos, memorias, biografías, poemarios, cuentos,
novelas, relatos y ensayos de trabajos inéditos o editados.
El
Manual, que tiene una extensión de un poco más de cien páginas, es el fruto de
mi experiencia adquirida participando en talleres literarios, en cursos y tutorías, en
clubes de lectura, foros y conversatorios sobre escritura creativa y, desde luego,
de autocrítica sobre el ejercicio de mi creación personal.
Mis
amigos: como seguramente ustedes ya lo habrán podido experimentar en sus
primeros escarceos por el mundo de la escritura, la creación literaria es uno
de los oficios más solitarios del mundo. Escribir es un quehacer subjetivo y
personalísimo que se apoya en el talento
individual de la persona que siente el imperativo de comunicar. Entendido así,
este <<manual de bolsillo>> se constituirá en su compañero de
viaje, ayudando a solucionar un sinnúmero de cuestionamientos que van
apareciendo en la medida en que se avanza en la composición del texto
narrativo.
Allí
encontrarán respuestas puntuales sobre los principales tópicos que tienen que
ver con el mundo del Lenguaje (entendido como materia prima de la escritura);
del libro, de su edición y marketing; de la expectativa de los lectores y, por
supuesto, de los afanes que acompañan y caracterizan el panorama de la creación
literaria.
Este
Manual para escritores amateurs les va a solucionar en gran parte esa montaña
de interrogantes que siempre se han cuestionado y que por diversas razones,
hasta ahora, no lo han podido encontrar respuestar.
Nota:
El Manual está disponible en papel o e-book en Amazon. Para asesorías,
publicación o tutorías pueden escribir a mi email: joserdiazdiaz@gmail.com. Mi
página web: www.arandosobreelagua.com
Tel.:
786 512 3437
A
continuación, extracto del capítulo V.
El
Estilo (capítulo V)
“Cuando uno se aburre escribiendo, el lector se aburre
leyendo”.
Gabriel García
Márquez
5.1
El estilo es el hombre
“Escribir
es una manera de vivir”, decía Flaubert, refiriéndose al compromiso solemne y
total del escritor con su escritura. “El estilo es el hombre” decía Buffon. El
estilo es el autor, su sello personal es ese sesgo propio, con todas sus
características: psicológicas, intelectuales y estéticas, vertidas y
sintetizadas en el texto. Es el universo literario enclavado en la formación
literaria del autor, pobre o rico, volcado de manera única y personal en su
libro. El estilo es también ese conjunto de características que el lector
descubre a través de sus libros y que lo hace especial y único, distinto a los
demás autores, así coincidan en la elaboración del mismo tema. No obstante, lo
que debe aparecer ante los ojos del lector es la Historia narrada y no el
estilo. El estilo es ingrediente esencial, aunque no el único, de la forma
novelesca, dice Vargas Llosa: “(…) la única manera de saber si el novelista
tiene éxito o si fracasa en su empresa narrativa es averiguando si, gracias a
su escritura, la ficción vive, se emancipa de su creador y de la realidad real
y se impone al lector como una realidad soberana”.
El
estilo, según lo describe Ángel Zapata en su libro La práctica del relato,
descansa en cuatro pilares que confeccionan su unicidad: Naturalidad,
Visibilidad, Continuidad y Personalidad.
5.2
Naturalidad
Evitar
el estilo artificioso. No dejarse llevar por el mero atractivo de las palabras.
Evitar la forma de expresión amanerada y el vocabulario altisonante sin
parentesco con la conversación normal. Escribir bien no es escribir raro.
Buscar la autenticidad. El estilo natural es persuasivo, mientras que el
artificioso nos hace sospechar de la verosimilitud de la historia. Hay que
escribir con aire divagatorio y desvariar porque escribir es vivir. No fingir.
Conseguir fiabilidad. Conseguir una voz de timbre cálido, limpio y natural sin
estridencias, ni alardes, ni deslumbramientos. Así se gana la confianza del lector.
Fingir tramar una fábula es diferente a fabular de verdad. Debe prevalecer el
estilo sobrio, conversacional, la temperatura emocional de contenidos directos,
sobre la prosa enjoyada de palabras, atenta solo a la textura y el color de las
palabras por encima de la narración misma. La escritura debe pasar a un segundo
plano y utilizarse como herramienta para permitir que el interés recaiga sobre
la historia contada por los personajes. La escritura natural favorece la
necesaria «inmersión ficcional» del lector y nos aparta de una narración sosa,
cargada y sin magia. Narrar con claridad, contención y síntesis.
Utilizar
frases cortas. Buscar la empatía del receptor subrayando situaciones emotivas.
Contagiar al lector con el estado de ánimo de los personajes, sus humores
cambiantes. La tendencia a escribir en registros que exageren la manera formal,
enfática, retórica y asertiva, van en contravía con la escritura natural.
5.3
Visibilidad
Muestrario
de imágenes. Escritura visual. Se refiere a las cualidades plásticas y
sensoriales que debe caracterizar a una buena prosa narrativa. Debe ser
figurativa, visual y concreta. Dibujar con palabras, detalles cosas, acciones
breves. Evitar los conceptos abstractos que dicen pero no muestran. Construir y
dibujar un mundo de personajes, escenarios, objetos y eventos. Poner ante los
ojos del lector el contenido de la historia, poniendo los personajes en acción.
Hay que despertar el apetito por lo visible y lo concreto. Proyectar la
historia en la retina de los lectores. Huir de las descripciones previsibles
porque le restan visibilidad al relato. La descripción visual utiliza el
acercamiento y el close-up con engolosinamiento como la técnica de cine lo
hace, sacándole excelente provecho a la descripción.
5.4 Continuidad
El
secreto consiste en repetir. Conquistar la atención del lector e implicarlo.
Repetir para captar la atención.
Amenidad.
Evitar los textos pesados y plomizos. No temerle a la Redundancia ni a las
Reiteraciones temáticas (anáforas, catáforas), porque estas constituyen el hilo
del discurso, le da Continuidad. La redundancia es el tronco del texto que es
el árbol.
5.5
Personalidad
Se
debe evitar la actitud perfeccionista. El escritor con personalidad escribe
desde sí mismo, desde sus vivencias y sus experiencias, desde su modo de estar
en el mundo; desde lo que ha imaginado, lo que ha amado y lo que ha perdido.
Desde lo más auténtico de su ser. El escritor con personalidad debe descararse
y exponerse. El estilo se estructura a partir del manejo que se le dé a tópicos
tales como el tono, el ritmo, la musicalidad.
5.6
Tono
Es
el tipo de Voz que el lector siente a través de la narración. Y puede ser:
épico, intimista, nostálgico, melancólico, alegre, triste, violento, sosegado,
humorístico, sarcástico, etc., o también el registro de varios. Es necesario
conseguir un Tono para la obra que se escribe porque este elemento define la
calidad y el impacto sobre el lector. Se consigue a partir de diversos
recursos. Aconsejo leer la Filosofía de la composición de Edgar Allan Poe,
donde nos cuenta cómo escribió El cuervo, una de sus obras más conocidas.
Borges dice
que
la entonación, la cadencia es más importante que las metáforas o los epítetos.
La voz es el vehículo por medio del cual el escritor manifiesta su fuerza.
5.7
Ritmo
Exterior.
Se refiere a la musicalidad y a la presentación ágil o farragosa que se le
imprima al texto con la utilización de la puntuación, la rima de las palabras y
las frases, el sonido de las letras, la entonación fónica del texto que fluye
sonoro como las aguas de un río.
Interior.
Es el más importante. Se apoya en el ritmo exterior y lo conjuga con la emoción
psicológica que le imprime a la narración. El ritmo acelerado y enloquecido de
un fluir de conciencia dentro de un monólogo Interior puede salvar una obra. El
salto de una escena a otra, o de una escena dentro de otra escena, como si se
tratara de un paneo que realiza una filmadora, consigue efectos positivos en el
lector.
Permitir
que la pluma se vaya y que el fluir de pensamiento avance sin desbordarse o
desbordándose si es del caso, es un recurso para que el ritmo se sostenga.
5.8
Musicalidad
Si
el texto no tiene musicalidad, es obligante inventársela. Decirlo con música.
En literatura importa mucho
el
cómo se dice (forma), y no sólo el qué se dice (fondo). El español es un idioma
musical por excelencia. Debemos explotar su sonoridad, su cadencia, su
vibración, su eco. Hay obras narrativas estructuradas en formas musicales como
es el caso de la novela 1Q84 de Haruki Murakami, que al decir de su propio
autor, sigue la línea formal de El clave bien temperado de Bach con dos ciclos
de 24 preludios (24 capítulos) y fugas compuestos en todas las tonalidades,
tanto las mayores como las menores, del amplio abanico cromático. Esta estructura
repetitiva va aumentando en intensidad a medida que avanza.
5.9 Los diez mandamientos de Nietzsche
Diez
mandamientos para aquél que desee escribir con estilo. Friedrich Nietzsche:
Lo
que importa más es la vida: el estilo debe vivir.
El
estilo debe ser apropiado a tu persona, en función de una persona determinada a
la que quieres comunicar tu pensamiento.
Antes
de tomar la pluma, hay que saber exactamente cómo se expresaría de viva voz lo
que se tiene que decir. Escribir debe ser solo una imitación.
El
escritor está lejos de poseer todos los medios del orador. Debe, pues,
inspirarse en una forma de discurso muy expresiva. Su reflejo escrito parecerá
de todos modos mucho más apagado que su modelo.
La
riqueza de la vida se traduce por la riqueza de los gestos. Hay que aprender a
considerar todo como un gesto: la longitud y la cesura de las frases, la
puntuación, las respiraciones; También la elección de las palabras, y la
sucesión de los argumentos.
Cuidado con el período. Sólo tienen derecho a
él aquellos que tienen la respiración muy larga hablando. Para la mayor parte,
el período es tan sólo una afectación.
El
estilo debe mostrar que uno cree en sus pensamientos, no sólo que los piensa,
sino que los siente.
Cuanto
más abstracta es la verdad que se quiere enseñar, más importante es hacer
converger hacia ella todos los sentidos del lector.
El
tacto del buen prosista en la elección de sus medios consiste en aproximarse a
la poesía hasta rozarla, pero sin franquear jamás el límite que la separa.
El
tacto del buen prosista en la elección de sus medios consiste en aproximarse a
la poesía hasta rozarla, pero sin franquear jamás el límite que la separa.
1 comentario:
José Díaz Díaz cordial saludo
Quisiera saber cómo lo puedo contactar.
Mi correo es nelsonenriquepavaserrano@gmail.com
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